29º Domingo Ordinario - B

jueves, 12 de octubre de 2006
22 Octubre 2006

Isaías: Cuando entregue su vida como expiación, verá su descendencia, prolongará sus años.
Hebreos: Acerquémonos con seguridad al trono de la gracia.
Marcos: El Hijo del Hombre ha venido para dar su vida en rescate por todos.


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2 comentarios:

Anónimo at: 12 octubre, 2006 19:54 dijo...

AUTORIDAD Y PODER (Mc 10,35-45)


Tras el tema de la riqueza, el evangelista Marcos aborda otro asunto no menos importante: el del poder. En el grupo de los Doce existió una cierta competencia por lograr las mejores carteras en el equipo de gobierno del Mesías Rey. Santiago y Juan quisieron adelantarse a los demás y pidieron los dos mejores puestos. La respuesta de Jesús fue que no es cuestión de honores y prebendas, sino de seguimien¬to. Sólo hay una manera de estar a su derecha y a su izquierda: compartir su destino siguiéndole con la cruz hasta el calvario. El afán de poder fue y es una de las tentaciones que ha de superar todo discípulo del carpintero de Nazaret. Los demás, como era de esperar, se molestaron al ver la jugada de los hijos de Zebedeo. Y Jesús aprovecha para adoctrinarles a todos. Sus palabras están cargadas de ironía y de sabiduría. Son un minitratado sobre el valor y el sentido de la autoridad.

"Los que son reconocidos como jefes" es una expresión que se refiere a los príncipes vasallos de Roma -los lacayos del poder que actúan desde la conciencia de su propia debilidad y compensan este sentimiento con la prepotencia y el abuso de poder-. Está denunciando un hecho de experiencia: el poder de una persona está en proporción inversa a su autoridad moral. Si un hombre posee autoridad -sentido de la justicia, respeto, honestidad y equilibrio-, no necesita recurrir a la fuerza para hacer notar su presencia. Pero cuando carece de ella, tiene que recurrir a la amenaza, al miedo. Por esta razón el poder -no la autoridad- necesariamente corrompe al que lo detenta. Al fin y al cabo el poder no es sino una forma abusiva -y por tanto ilegítima- de ejercer la autoridad. Esto es algo que algunos olvidan y creen que el ser elegidos por el pueblo da derecho a hacer lo que se quiera con ese pueblo. La democracia está enferma cuando los elegidos entienden que los electores, junto con el voto, depositan en la urna sus derechos y su soberanía.

El pensamiento de Jesús sobre la autoridad es claro y continúa la línea de los profetas de Israel: la única forma legítima y justa de ejercer la autoridad es el servicio. No se trata de situarse por encima o por delante de los demás, sino de colocarse debajo de los más débiles, hasta dar la vida si es necesario. El servicio de la autoridad no es otra cosa que usar las propias capacidades para ayudar a los menos capacitados y el espíritu que ha de animarla es el amor desinteresado. Quien no sea capaz de hacer las cosas así está incapacitado para ejercer la autoridad.

Si hubiéramos entendido -y aceptado- estas enseñanzas ¡cuánto sufrimiento inútil nos habríamos ahorrado! Porque muchos de los males que padecemos tienen su origen en que hemos confundido poder y autoridad. Y, si esto debe ser así en la sociedad humana, ¡cuánto más ha de serlo en la comunidad cristiana, en la Iglesia!

Anónimo at: 14 octubre, 2006 09:59 dijo...

Manolo Martín de Vargas, dijo:
1. Jesús anuncia por 3ª vez su Pasión y con ese sentimiento va subiendo a Jerusalén. El sentir de Santiago y Juan es diferente: van a lo suyo.
Y es que compartir sentimientos nos resulta difícil. Tal vez resulte más fácil compartir los bienes.
Si releemos el canon Vc en su oración por los vivos: "que nos preocupemos de compartir en la caridad las angustias y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de los hombres". Pero... ¿nos preocupamos? ¿Cómo va todo esto en nuestras Eucaristías?

2. Es como si Jesús nos dijera: "vosotros a servir". Eso es lo que debe ser: servir. En la casa, en la parroquia, en la asociación, en el partido. Pensemos en qué estamos gastando nuestra vida.
Y después de esta reflexión, ¿que sensación nos deja? Y relacionemos con la Eucaristía: "este es mi cuerpo, entregado..." "esta es mi sangre derramada..." ¿Que es, realmente lo nuestro? ¿Que es lo que debe ser?

3. Hoy es el día del Domund, de las Misiones. Todos somos misioneros en virtud de nuestro Bautismo. Inmerso en un mundo de consumismo creciente. Para hacer más creíble mí testimonio ¿a qué estoy renunciando?