1ºADV-B

domingo, 26 de noviembre de 2017
3 DICIEMBRE 2017  

1ºADV-B

2 comentarios:

juan antonio at: 28 noviembre, 2017 18:26 dijo...

ESPERA ESPERANZADA
Esta semana empezamos el Adviento, preparación para la venida de Cristo y curiosamente empezamos con un Evangelio, no de la primera venida, sino de la última, esta que estamos esperando al final de los tiempos, pero de los cuales no sabemos ese “cuando” que tanto preocupaba a las primeras comunidades, pero una y otra tiene como centro a Cristo Jesús, razón de la Palabra y de nuestra actitud, VELAD.
Adviento es esperanza, de ese Dios hecho carne para que nosotros seamos sus hijos, y se repite como frase hecha en este tiempo “salimos al encuentro del Señor”, cuando es Él quien sale a nuestro encuentro, como en los Sacramentos, como lo definía un anciano sacerdote “Encuentro de Dios con el hombre/mujer, para darse y darnos su vida y sus dones” y así esta semana empezamos ensalzándolo como nuestro Padre en esa profecía de Isaías cuya lectura empieza y termina con ese grito de que tu Señor, eres nuestro Padre, a pesar de que nuestra vida se desarrolle muchas veces, apartada de tus caminos y estemos en “poder de nuestra culpa”.
Como nos dice el Contexto, después de referir la sociedad en que se desarrolla nuestra vida, la única salida es la ESPERANZA, y nos regala el camino a recorrer ya trazado, apreciar a las personas, tener respeto, capacidad de sacrificio y amor a la verdad.
Por lo que esta esperanza es una esperanza en vela, una esperanza en actividad, para que el Amo de la casa nos encuentre cumpliendo nuestra tarea, pues como nos dice S. Pablo “no carecéis de ningún don”, por lo que tenemos que ponerlos en práctica.
Es un tiempo de revisar nuestra vida, de ver que necesita renovarse, reparar los daños, curar las heridas que los años nos han ido dejando, no es un Adviento más, es ADVIENTO, tiempo de restablecer nuestra dignidad perdida y la que hemos hecho perder a nuestros hermanos.
Por último el Evangelio nos trae un mensaje misionero, “lo que os digo a vosotros, lo digo a todos”, y entiendo que es al modo que se nos dice en el final del Evangelio de S. Mateo, “”id y haced discípulos míos …….enseñándoles a guardar todo lo que os enseñé””, Cristo nos dejó el Reino de Dios empezado, sigamos construyéndolo.
Velad, pero en una actividad contemplativa, llena de amor a Dios en toda la humanidad.
Santa María, Madre y Esperanza nuestra, Señora del Adviento y de la Espera, ayúdanos a decir AMEN

Maite at: 28 noviembre, 2017 21:19 dijo...

Comienza el tiempo de Adviento, de espera y esperanza activa, y la Palabra de Dios nos acompaña para sugerir y cultivar, a su calor, actitudes y pistas con que disponernos para acoger al que llega.

San Pablo nos recuerda que aguardamos la manifestación de nuestro Señor Jesucristo. ¡Él es fiel! y nos mantendrá firmes hasta el final porque hemos sido llamados a participar de su vida.

Las palabras de Jesús a sus discípulos, a los de ayer y a los de hoy, nos dan la clave de nuestra espera: ¡Velad!

Se nos pide lo mismo que a aquellos criados que esperaban la vuelta de su amo de un viaje. Cada uno tiene asignada su tarea que ha de cumplir hasta su regreso. No sabemos el día ni la hora, por eso hay que permanecer a la espera sin bajar la guardia ni descansar antes de tiempo.

¿Cuál es nuestra tarea? Anunciar al que llega de palabra y obra creando, a nuestro alrededor, espacios y lugares de luz y vida, de alegría y esperanza, de cariño y solicitud por todos, de reconciliación y perdón.

Velar implica salir de nosotros mismos para poner el anhelo, el centro, el amor en el que llega.